¿Has pasado el suficiente tiempo contigo para querer conocerte?, ¿el suficiente tiempo de calidad para descubrirte, asombrarte y sorprenderte de todo lo que llevas dentro?, ¿hace cuánto no te echas un clavado en ti misma?, ¿hace mucho ya ¿verdad?… Tal vez puedas aprovechar estas semanas, todo este mes para reflexionar en cuál es tu lugar en el mundo, quién eres, qué esperas de ti misma, qué aportas, y qué aprendizaje y experiencia te deja el voltearte a ver y redescubrirte o conocerte por primera vez.

Pasamos gran parte de la vida queriendo conocer y descubrir a otros y por azares del destino un día nos topamos con nuestro reflejo en el espejo, ¿me reconozco?, ¿quién soy?, ¿por qué me permití perderme?, ¿estoy orgullosa de mí?, ¿estoy haciendo que valga mi vida?, ¿me he sido leal o me he fallado por complacer a otros?, ¿me admiro por ser mi más bella creación, o sufro por haberme defraudado y haberme dejado para después?, y de eso ya ha pasado un tiempo.

Luego, esperamos que otros nos complazcan cuando realmente no sabemos siquiera cómo, y caemos en un trance de vació, ansiedad, miedos, tristeza, impotencia, coraje y tal vez comiences a dudar de ti, a desconocerte, o ni siquiera recordar cómo eras cuando te eras fiel y espontánea, tal vez no recuerdes con mucha claridad cómo era seguir tus instintos, cómo era tener voz, cómo era el sentirte segura, decidida y fuerte, tal vez olvidaste cómo creer en ti y decirte una y otra vez que todo estará bien.

Afortunadamente esa inseguridad será pasajera en la medida que decidas tomar el control de tu vida y redescubrirte, en la medida que aceptes que tienes derecho a cambiar de opinión, en el momento que dejes de adjudicarle la responsabilidad a otros y tomes consciencia de cómo tu misma te metiste en esto y ahora debes encontrar el camino para salir y con ello sanar.

Tal vez muy pronto cuando te vuelvas a ver al espejo, veas una belleza, una transformación, tal vez cuando mires, veas fuerza, valentía, admiración, amor, y ojalá te prometas a ti misma nunca más fallarte de esa manera, jamás volver a renunciar a tus principios y valores como persona, jamás dejar tus sueños y metas en manos de alguien más. Te tienes a ti hoy, mañana y siempre que así lo decidas y créeme que eso es más de lo que muchas algunas veces tienen. ¡Se fuerte, porque esto también pasará!

Psic. Alicia Cuentas Teosol