Cuando emitimos una o varias quejas denotando molestia, coraje e inconformidad por algún hecho especifico, sobre todo en las relaciones de pareja, puede que atrás de ese enojo se encuentre una tristeza que no ha sido identificada como tal. En este punto, es importante que te detengas a pensar un momento, ¿Qué de esto me está doliendo para ponerme así?

Darte tiempo de indagar e identificar te ayudará a comprender lo que te está sucediendo. Pasar de la queja al dolor, reconociendo que hay algo que te lastima y que te genera tristeza es viable para buscar una solución. Mostrarle al otro que algo de la situación te dolió, es más favorecedor que solo quejarte, ya que de eso no crecerá nada positivo y la relación se volverá un impedimento para el diálogo y la solución.

Recuerda que el amor se construye en un diálogo.

Psic. Alicia Cuentas Teosol